La Tierra ha llegado a "término"
Cuando los dolores de parto están en su nivel más alto, quiere decir que todo está a punto de cambiar
Si has dedicado bastante tiempo en leer los posts de Tipping Point o a ver los videos que hay aquí, seguro que nos has oído a mí y a mis compañeros comparar el momento que estamos viviendo con el de una pareja esperando el nacimiento de un nuevo bebé. Sin embargo, no es solo nuestra idea. Se trata de una referencia que hizo Jesús en el Nuevo Testamento.
Cuando habló a sus discípulos acerca del levantamiento de una nación contra otra, de las hambrunas y de los terremotos, los describió como "el principio de los dolores de parto" (Mateo 24: 8, NVI).
En algunas traducciones de la Biblia, como en la Nueva Versión del Rey Jacobo (New King James Version), se usa la frase "el principio de los dolores".
Muchos padres no describen el parto como algo relacionado con la "tristeza", pero sin duda podemos relacionarlo con la idea de los dolores de parto. Si tiene hijos, seguro que recuerda perfectamente las semanas y los meses que precedieron a la llegada de su bebé.
Dolores y cambios
En el momento en que una pareja decide que quiere tener un hijo, esta experiencia resulta ser un torbellino de emociones. Al principio, la esposa se hace la prueba de embarazo y comparte la buena noticia con su marido. Al poco tiempo, todo cambia. Su cuerpo comienza a experimentar cambios. Es posible que sufra náuseas matutinas. Sin duda, sufrirá dolores y molestias que jamás había sentido.
Mientras la mujer se acerca al término del embarazo, experimenta un nuevo tipo de emoción, además de un poco de miedo y un malestar físico en aumento. Para cuando llegan al noveno mes, muchas mujeres se sienten físicamente miserables y con el peso del bebé que crece en su interior. (Por supuesto, que no puedo hablar por experiencia propia, sólo como un padre, por haber visto a mi mujer, Karen, demostrar una fortaleza y una resistencia increíble con sus embarazos).
Sin embargo, los cambios que se producen durante los nueve meses no son el final de la historia. La mujer todavía no ha terminado. En caso de que elija el parto natural, los dolores de parto comenzarán en cualquier momento.
Emotivo e intenso
Este es el momento en que el embarazo se vuelve intenso. Con el paso del tiempo, los dolores se vuelven más agudos y frecuentes. Duelen. En cuanto entra en el parto activo, la madre siente dolor. Y muchas veces grita, a su marido, a su médico o a cualquier persona. Pide a gritos que nazca el bebé y que se acabe el dolor.
Los programas de televisión suelen tratar esta situación como algo divertido, pero no tiene nada gracioso. Es Santo. Es sagrado. Es emotivo y muy intenso.
Y por fin, con su marido angustiado y preocupado a su lado, mientras la sangre y otros fluidos brotan de su cuerpo, da a luz. A los pocos segundos, los nuevos padres escuchan los primeros llantos de su bebé recién nacido. Es entonces cuando el médico o la partera presentan al bebé a los nuevos padres. ¡Él o ella parecen perfectos!
Todo ha cambiado en un momento. Se acabaron los días de dolor y malestar, fueron sustituidos por una alegría inexplicable, una nueva vida.
Al comienzo del parto, la madre se preguntaba si era capaz de soportar todo lo que le esperaba. Los primeros dolores fueron muy fuertes, pero luego se volvieron peores. Dolían con más intensidad, duraban más y se volvían increíblemente molestos. Sin embargo, la madre también sabe que los dolores de parto son el principio del fin o el fin del principio.
En el momento en el que los dolores son más intensos, es cuando la madre está más cerca del nacimiento. Esta es la finalidad de todo embarazo.
El mayor acontecimiento en la historia del mundo
En mi libro Punto de inflexión (Tipping Point) y en este boletín, explico a los lectores como usted acerca de las señales y los acontecimientos que están sucediendo actualmente en el mundo, repasando las profecías de la Biblia que predijeron estos acontecimientos y circunstancias desde hace mucho tiempo.
Se puede decir que describimos el principio del fin o el fin del principio.
Es así como lo describió el apóstol Pablo en su carta a la Iglesia de Roma:
Sin embargo, lo que ahora sufrimos no es nada comparado con la gloria que él nos revelará más adelante. Pues toda la creación aguarda con ansiedad el día futuro en que Dios revelará quiénes son verdaderamente sus hijos. En contra de su voluntad, toda la creación fue sometida a la maldición de Dios. Pero, con gran esperanza, la creación espera el día en que será liberada de la muerte y la decadencia para unirse a los hijos de Dios. Pues sabemos, que hasta hoy, toda la creación gime como si tuviera dolores de parto. Y nosotros, los creyentes, también gemimos, aunque llevamos el Espíritu Santo dentro de nosotros como anticipo de la gloria futura, porque anhelamos que nuestros cuerpos sean liberados del pecado y del sufrimiento. Nosotros también aguardamos esperanzados que llegue el día en el que Dios nos conceda nuestros plenos derechos como hijos adoptivos, incluidos los nuevos cuerpos que él nos ha prometido. Recibimos esta esperanza cuando fuimos salvados. (Si ya tenemos algo, no necesitamos esperarlo. Pero si deseamos algo que aún no tenemos, debemos esperar con paciencia y fe) - Romanos 8:18-25 (NTV)
Creo que si el mundo fuera una madre embarazada, entonces ha llegado a término. La situación que estamos viviendo en estos momentos es mucho más grande que un cambio social o cultural concreto.
En realidad, creo que nos hemos acercado al acontecimiento más grande de la historia del mundo: el regreso de Cristo y el fin de los tiempos. Si usted es creyente, entonces esto no es motivo de alarma. Es el momento oportuno para considerar seriamente la llamada de Dios a nuestras vidas y esperar alegremente la llegada del Esposo. En todas partes hay señales. Así como no se puede evitar el nacimiento de un niño sin lastimar a la madre o al bebé, no se puede hacer nada excepto esperar y prepararse para el regreso de Jesús.
En la Biblia se habla más de esta generación que de cualquier otra que haya vivido o vivirá. Nos encontramos en un tiempo muy difícil. Dios lo sabe, es por ello que está apresurando el fin. Así como un médico o una partera saben reconocer cuando una nueva madre está a punto de dar a luz, también nosotros vemos que los "dolores de parto" del mundo se están acercando cada vez más al momento final en el que todo cambiará.
Está pasando en este momento. El regreso de Cristo es inminente, pero puede estar preparado. Las señales van en aumento, los dolores de parto son cada vez más fuertes y nos anuncian que estamos a punto de ser redimidos.