Los dones de los judíos
Dios cumple sus promesas y bendice al mundo a través del pueblo judío
Hay un libro interesante escrito por el académico Thomas Cahill. Es un historiador, más que un pastor o teólogo (creo que posee la tradición religiosa católica), pero sus libros son fascinantes. Hablan de personas y culturas antiguas que han tenido un gran impacto en el mundo actual. Retoma historias amplias y complejas y muestra cómo esas decisiones y resultados del pasado siguen influyendo en nuestra forma de pensar actual.
Uno de sus libros que llamó mi atención se titula El don de los judíos: Cómo una tribu de nómadas del desierto cambió la forma de pensar y sentir de todo el mundo.
Ese título ya dice mucho, pero este bestseller, que salió a la venta en 2010, profundiza en la historia del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento y en cómo los conceptos judíos sobre el individualismo, el tiempo y la justicia se extendieron desde su antigua cultura hasta lo que significa ser humano hoy en día.
Pienso a menudo en cómo este libro confirma lo que Dios prometió a Abraham en el Génesis:
"Yo haré de ti una nación grande.
Te bendeciré,
y engrandeceré tu nombre,
y serás bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan,
y maldeciré a los que te maldigan;
y en ti serán benditas todas las familias de la tierra".
Dios no solo prometió bendecir a Abraham y a sus descendientes, sino que Su pueblo bendeciría a los demás.
Cahill escribe sobre muchas de esas bendiciones en su libro. Escribe esto en la introducción:
Sin los judíos, veríamos el mundo con otros ojos, oiríamos con otros oídos, incluso sentiríamos con otras emociones... pensaríamos con otra mentalidad, interpretaríamos toda nuestra experiencia de forma diferente y sacaríamos otras conclusiones de las cosas que nos pasan. Y marcaríamos un rumbo diferente para nuestras vidas.
Afirma que no ha habido ningún otro grupo de personas en la historia parecido a los judíos. Lo creo, porque lo he leído en la Biblia.
Eso me llevó a considerar tres bendiciones adicionales del pueblo judío.
El hombre más importante
El pueblo judío nos dio al hombre más importante en toda la historia de la humanidad: Jesucristo, nuestro Señor y Salvador. Él es un judío y Él es nuestro Mesías.
Presta atención a que no dije que Jesús era judío. Dije que Él es judío. Nuestro Salvador es judío y será judío por toda la eternidad.
Por eso nunca entenderé cómo un cristiano, es decir, un seguidor de Jesús, puede ser también antisemita. ¿Cómo puede alguno de Sus seguidores odiar al pueblo judío?
El libro más importante
Lo he dicho antes y lo diré una y otra vez: la Biblia es el libro más importante en la historia del mundo. Es el libro más vendido de todos los tiempos y se cree que ha vendido unas 5000 millones de copias hasta la fecha.
Era el libro más popular del mundo antes de que se inventara la imprenta, cuando los libros eran reproducidos a mano, y es, sin duda, el libro más popular del mundo en la actualidad. Cada año, se imprimen alrededor de 80 millones de Biblias.
Y todas y cada una de las palabras de la Biblia fueron escritas por judíos. Es un libro 100% judío. Dios se ha servido de Su pueblo para brindarnos la luz con la que podemos vivir nuestras vidas y conocer el propósito que Dios tiene para nosotros incluso después de que dejemos este mundo.
La organización más importante
El pueblo judío también nos dio la Iglesia, la organización más eficaz e importante del mundo. En el día de Pentecostés, cuando el Espíritu Santo descendió y nació la Iglesia, el 100% de aquellos que recibieron por primera vez el Espíritu eran judíos.
Eso significa que el 100% de los asistentes al primer sermón cristiano eran judíos. Y si lees el resto de los Hechos, comprobarás que, por su gracia (la de Dios y también la de los judíos), los que no somos judíos también fuimos invitados a la Iglesia.
Aquellos primeros creyentes judíos hicieron caso al Espíritu Santo. Si eres cristiano actualmente, puedes asociar tu fe directamente a la de los judíos del siglo I.
El hombre más importante.
El libro más importante.
La organización más importante.
Estos son solo tres de los "dones de los judíos", dones que cambian la vida y que han transformado a la humanidad. El pueblo judío ha bendecido al mundo con esos dones y muchos otros.
Dios nunca olvida una promesa. Él hizo un pacto eterno con Abraham referente a todas las generaciones de los judíos: que Él los bendeciría y que se valdría de ellos para bendecir al mundo.