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¿Transigencia o avivamiento?
Los días finales se acercan, y la Iglesia no puede tener ambas cosas
Escucho a los creyentes preguntarme todo el tiempo sobre la necesidad de un avivamiento. ¿Qué se necesita? ¿Sucederá en Estados Unidos? ¿Cuándo ocurrirá? ¿Habrá un desbordamiento del Espíritu en los últimos días?
Cuando Dios habla del renacimiento de una nación, menciona un proceso para la recuperación de dicha nación en 2 Crónicas:
"Si Mi pueblo, sobre el cual se invoca Mi nombre, se humilla y ora, y busca Mi rostro, y se aparta de sus malos caminos, Yo lo escucharé desde los cielos, perdonaré sus pecados y sanaré su tierra". —2 Crónicas 7:14
En el contexto inicial, estas palabras se dirigieron a la nación de Israel. Pero, en principio, aplican para cualquier nación, incluyendo la nuestra. Dios decía: "Antes de hablar de los problemas del país, quiero hablar con mi pueblo, la Iglesia".
Eso no es únicamente una realidad del Antiguo Testamento. La misma verdad queda de manifiesto en el libro del Apocalipsis, en el que Jesús dedica bastante tiempo a hablar de lo que es importante para Él en lo que respecta a la Iglesia. Sí, el Apocalipsis dedica mucho tiempo a describir el futuro del mundo. Sin embargo, antes de escuchar los juicios cataclísmicos que se avecinan, Jesús quiere hablar primero con Su Iglesia.
Él se enfoca en el pueblo de Dios, como si se tratara de un rayo láser.
Vivimos en una época en la que mucha gente tiene una actitud muy crítica con la Iglesia. Algunos dicen que tenemos que replantear o reestructurar la iglesia para los tiempos actuales. Yo no estoy de acuerdo.
No creo que tengamos que reimaginar la Iglesia; creo que tenemos que redescubrirla.
No creo que tengamos que redefinir lo que Dios ya definió. Más bien, tenemos que volver a la Iglesia tal y como era al principio, tal y como Jesús la fundó inicialmente. Esa es la Iglesia que revolucionó el mundo.
Fortalecida por la persecución
Jesús realmente está en la Iglesia. Y si somos sus seguidores, entonces también deberíamos estarlo.
Después de la resurrección, Jesús dijo: "Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura" (Marcos 16:15). Me parece interesante que las dos primeras letras de la palabra evangelio en inglés sean G-O. Y eso es lo que Jesús dijo a sus discípulos que hicieran, irse.
Pero no se fueron. Se quedaron en Jerusalén. Estaban celebrando una gran reunión sagrada, y nadie quería romper las filas. Entonces llegó Saulo de Tarso, quien se había forjado su reputación cazando cristianos como si fueran animales salvajes. Otros también persiguieron a la Iglesia.
Pero en lugar de destruir la Iglesia mediante la persecución, el Diablo terminó ayudando a fortalecerla. Saulo de Tarso se convirtió y pasó a ser el apóstol Pablo, el primer misionero cristiano. Fundó iglesias en toda la región. Ante la persecución, los cristianos terminaron dispersándose, lo que difundió el mensaje del Evangelio por todo el mundo.
Históricamente, la Iglesia tiende a ser más fuerte cuando se le persigue que cuando se le promueve.
Los peligros de la transigencia
Sin embargo, creo que el Diablo se rige por el viejo dicho: "si no puedes vencerlos, úneteles". Eso es lo que vemos que ocurre con "la iglesia transigente" en Pérgamo, conocida en algunas traducciones como Pergamos. El Diablo básicamente se unió a esa iglesia y se infiltró en sus filas. Jesús dedicó palabras muy duras a los cristianos de Pérgamo.
En Mateo 13, Jesús cuenta una parábola sobre un hombre que plantó un cultivo de trigo. Pero durante la noche, el enemigo del hombre plantó mala hierba, también conocida como cizaña, o semillas de cizaña, entre el trigo. Al principio, la cizaña se parece al trigo. Pero a medida que crece, la cizaña finalmente arranca el trigo y lo mata.
De la misma manera, el Diablo reconoce que necesita simplemente infiltrarse y llenar el mercado de sustitutos baratos. Vemos cómo esto sucede todo el tiempo con cualquier cosa que se vuelve popular. Si un estilo de música se pone de moda, surgen un montón de imitadores. Si un determinado estilo de ropa adquiere popularidad, todo el mundo hace su versión de ese diseño. Si un determinado dispositivo electrónico se hace popular, todo el mundo lo imita.
Esto es lo que dijo Jesús al juzgar la Iglesia de Pérgamo:
"Yo sé que vives donde está el trono de Satanás. Sin embargo, te mantienes fiel a mi nombre. Y no has negado mi fe, ni siquiera cuando a Antipas, mi testigo fiel, lo mataron en esa ciudad, donde vive Satanás". —Apocalipsis 2:13
En ese entonces, Pérgamo, la capital de Asia en aquella época, era un lugar espiritualmente oscuro. (El sobrenombre de "ciudad de Satanás" debería darte una buena idea de ello).
Esto no quiere decir que no hubiera cristianos que sirvieran al Señor en Pérgamo. Existían, y Jesús los reconoció y elogió.
Las pequeñas cosas se vuelven grandes
Pero luego Jesús también les dijo a esos creyentes que tenía algunas quejas contra ellos. Eso no es algo que uno quisiera escuchar de Jesús:
"Tienes contigo a los que se aferran a la doctrina de Balaam... El que les enseñó a pecar comiendo de lo sacrificado a los ídolos y cayendo en inmoralidades sexuales. También tienes contigo a los que se aferran a la doctrina de los nicolaítas".
¿Quiénes eran los nicolaítas? Su fundador fue Nicolás, uno de los siete líderes elegidos para ser diáconos en la antigua Iglesia (véase Hechos 6:5). Pero, al parecer, Nicolás se apartó de la fe y empezó a confundir a la gente. Le decía a la gente que podían ser cristianos y a la vez ofrecer sacrificios en el templo pagano y participar en actos de inmoralidad.
Como era uno de los diáconos originales de la iglesia, su opinión era muy importante. Así que un movimiento nació en torno a él, y los seguidores de sus enseñanzas fueron conocidos como los nicolaítas. La filosofía nicolaíta que ponía en peligro a la Iglesia de Pérgamo. (Sigue siendo un peligro para la Iglesia de la actualidad).
Dicha filosofía consiste sencillamente en lo siguiente: puedes salirte con la tuya haciendo un montón de cosas y seguir siendo cristiano. Puedes vivir más o menos como te plazca, y Dios lo entenderá.
¿Cuál es la respuesta bíblica a ese punto de vista?
"Entonces, ¿qué diremos? ¿Seguiremos pecando, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?". —Romanos 6:1-2
En otras palabras, no se pueden tener ambas cosas. La filosofía de los nicolaítas era que un poco de idolatría o un poco de inmoralidad no hacía ningún daño. Pero ese es el problema con la transigencia. Las pequeñas cosas se vuelven grandes.
Se avecinan las consecuencias
La transigencia es la táctica más eficaz del Diablo. Busca hacer caer a los cristianos a través de una serie de pequeñas tentaciones aparentemente insignificantes. La transigencia dentro de la Iglesia es una de las cosas que nos impiden el avivamiento.
Así que no bajes la guardia y no caigas en esta trampa.
Desde luego, puedes elegir vivir tu vida como quieras. Pero si vives una vida de transigencia, al final te enfrentarás a las consecuencias de ello. Si pides perdón a Dios, Él te perdonará, pero aun así tendrás que afrontar las consecuencias. Y, en última instancia, cosecharás lo que siembras.
Espero que el avivamiento llegue pronto a nuestra nación. Pero si seguimos actuando con transigencia, sé que el juicio también llegará pronto.