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¿Y si este fuera su último año?
Vida, muerte y aprovechar al máximo cada oportunidad
Si estuviese seguro (sin duda alguna) de que este sería su último año en el planeta Tierra, ¿lo viviría de una manera diferente al año anterior? Esto es algo que tenemos que aceptar, porque es necesario enfrentar el hecho de la brevedad de la vida en la Tierra.
Estos son días inciertos. La vida en sí misma es incierta. Las Escrituras nos lo dicen una y otra vez. Ninguno de nosotros (jóvenes, viejos o más o menos) tiene alguna garantía de que viviremos más allá del próximo latido, la próxima respiración, la próxima visita rápida al supermercado.
Y para aquellos de nosotros que creen en el inminente regreso de Jesús por Su Iglesia en cualquier momento, hay toda una nueva dimensión para estos pensamientos sobre la brevedad de la vida. Él llegará. Quizás antes de que aparezca el próximo mensaje de texto en su teléfono inteligente. Quizás antes de que termine de leer esta publicación.
"Pues el Señor mismo descenderá del cielo con un grito de mando, con voz de arcángel y con el llamado de trompeta de Dios"—1 Tesalonicenses 4:16 (NTV)
El Señor grita. Un ángel poderoso grita. Una trompeta suena de forma simultánea en todas las zonas horarias, desde L. A. hasta Nueva York, del Polo Norte hasta la Antártida. Y así de rápido (en un abrir y cerrar de ojos), nos hallaremos en las nubes, conociendo a Jesús en el aire.
Ese no es solo un pensamiento agradable y beato, o algo que repetimos para sonar espirituales. Es la realidad rotunda. Es literal y maravillosamente real.
Quizás no hemos pensado mucho en esto últimamente. Quizás es hora de hacerlo.
Midiendo sus días
Para muchos de nosotros, la muerte física puede llegar primero. Quizás le parezca mórbido pensar en el día de su muerte. Pero no lo es; es una de las cosas más realistas que puede hacer. Quizás tenga muchos, muchos años por delante. Y de nuevo, puede tener un año, o parte de uno.
Sobre el paso del tiempo, una persona escribió: "¿Cómo se medirá el valor de sus días? ... Vivir una vida que importa no ocurre por accidente. No se trata de circunstancia, sino de elección. Elija vivir una vida que importe".
Lo trágico que es que hoy hay muchos que tienen vidas absurdas, superficiales y desperdiciadas. Como Daniel le dijo al Rey Baltasar: "ha sido puesto en la balanza, y no pesa lo que debería pesar." (Daniel 5:27, NVI).
Normalmente, cuando nos subimos a la báscula, dice que pesamos demasiado. Pero cuando Baltasar se paró en la de Dios, decía que pesaba poco. Su vida era vacía; era un desperdicio. Y hay muchísimas personas que simplemente desperdician sus vidas.
¿Por qué algunos mueren jóvenes, mientras otros tienen vidas largas? Por trágico que sea (y es muy trágico), una vida truncada pronto no es la más grande de las tragedias. ¿Y quiénes somos nosotros para decir que en verdad se "truncó pronto"? ¿Truncada por los estándares de quién? ¿No es Dios quien determina la duración de nuestros días?
La Biblia nos dice que hay un momento para nacer y un momento para morir. No nos dice cuándo es ese momento.
Nuestros tiempos están en Sus Manos
Podemos venir con todas nuestras ideas fantasiosas sobre la razón por la que Dios deja una vida y se lleva otra. Las he escuchado todas en relación con Christopher, mi propio hijo, quien murió en julio de 2008. La gente dirá cosas como "quizás Dios lo estaba salvando de algo malo" o "simplemente Dios quería otro ángel (y/o flor) en el cielo". La lista sigue.
Simplemente recurro al hecho de que lo más probable es que nunca sabré por qué. E incluso si supiera, dudo mucho que lo entienda.
El hecho es que, la vida simplemente no tiene sentido la mayor parte del tiempo. Pero Dios tiene Sus propósitos que con frecuencia siguen siendo un misterio para nosotros.
Cuando decimos que alguien "murió antes de tiempo", estamos haciendo una suposición falsa. Lo que estamos asumiendo es que hay una promesa no escrita de una vida larga. De alguna forma, pensamos que todos, en palabras de Spock de Star Trek, tienen derecho a "¡vivir mucho y prosperar!"
Pero la Biblia no ofrece dichas garantías. La Biblia nos dice que nuestros tiempos están en Sus manos (Salmo 31:15). En Job, leemos "Tú has determinado la duración de nuestra vida. Tú sabes cuántos meses viviremos, y no se nos concederá ni un minuto más" (Job 14:5, NTV).
Realmente no tenemos nada que decir sobre la fecha de nuestro nacimiento o muerte.
Viviendo "a capa y espada"
Pero tenemos mucho que decir sobre ese espacio que hay en el medio.
Moisés escribió: "Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para que crezcamos en sabiduría" (Salmo 90:12). "Entender la brevedad de la vida" significa "aprovechar nuestro tiempo al máximo".
En Hechos 13:36, Pablo nos dice que "ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió, fue sepultado con sus antepasados" (NVI).
¿Y quién puede decir cuándo Su propósito para cada uno de nosotros está completo?
Es por eso que es absurdo preocuparse por la duración de su vida, porque, como dijo Jesús: "¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?" (Mateo 6:27, NVI)
¿Quién sabe cuándo nos llamará el Señor hacia Él mismo? Es probable que nos quede un año, o tengamos solo un día. Nadie puede decirlo.
Pero esto es lo que creo: Si vivo cada día hacia Dios, entonces no me preocupo sobre cuánto tiempo viviré.
Reconocer la brevedad de mi propia vida no es una obsesión mórbida con la muerte; solo es una toma de conciencia. Algún día moriré, pero no sé cuándo. El Señor puede llamarme de inmediato hacia Él mismo en el Apocalipsis, pero solo Él conoce esa fracción de segundo. Entonces, quiero hacer que cada día en este mundo cuente.
Más trágica que una vida que no se vive tanto como nos gustaría verla vivida es una que es despilfarrada y desperdiciada en gran medida. Entonces, no viva en la búsqueda de la nada. No desperdicie su vida. O para delimitarlo, no desperdicie su año. O para ser más específico, no la desperdicie hoy. Haga que cada día cuente. Haga que cada mes cuente. Haga que el año que viene cuente. Viva bien su vida.
Entonces, ¿cómo se divide? Quizás algo así.
No dé por sentado a ninguno de sus seres queridos.
Si hay alguien que necesita escucharlo decir "Te amo", hágalo ahora.
Si hay algún cambio que tiene que hacer en su vida, hágalo ahora.
Si el Señor le ha dado una tarea o un empujón para hablar con algún familiar o amigo sobre su salvación, hágalo ahora.
Hágalo mientras pueda. Viva la vida al máximo.
Como el apóstol San Pablo escribió en Efesios 5:17, "aprovechar al máximo cada momento oportuno" (NVI).
El misionero martirizado del siglo XX Jim Elliott lo expresó así en su diario: "Donde sea que esté, ¡sea lo único que hay! Viva a capa y espada cada situación que crea que sea la voluntad de Dios".